El reto era doble: crear un espacio formativo digital sin perder la pureza ritual del linaje Ifadipe, y al mismo tiempo permitir que estudiantes no nigerianos accedieran a una enseñanza rigurosa, pronunciada con precisión y validada por un babalawo auténtico.
Los desafíos clave fueron:
Transmitir el valor ritual sin filtrarlo por sincretismos
Diseñar una estructura clara para estudiantes sin experiencia digital
Integrar pagos, gestión de módulos y acceso escalonado
Comunicar la autoridad ritual sin perder cercanía ni claridad
Aquí te escuchamos con acento rural, pero visión digital
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